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CAPITULO PRIMERO

FENÓMENOS DE LA HIPNOSIS

Como no tengo la intención, como ya se ha dicho, de hacer aquí la descripción de los síntomas de las hipnosis (1), las observaciones que siguen no deben servir más que para llamar la atención sobre fenómenos que tienen, sobre todo, importancia desde el punto de vista de la interpretación fisiológica y psicológica de los estados hipnóticos.

(1) Las notas del traductor, numeradas correlativamente en cada capítulo, irán al final de ellos, y las del autor en las páginas correspondientes.

En primer lugar yo considero establecido que la llamada sugestión, la practicada con palabras o con actos para sugerir representaciones, es la causa principal, sino única, de los estados hipnóticos. La acción de otras influencias, como la fijación de la atención en un objeto determinado, especialmente la fijeza de la mirada dirigida a un objeto, parece reducirse al hecho de que facilitan la sugestión provocando un estado de conciencia apto para recibirla, o que constituyen ellas mismas una práctica sugestiva, en el sentido de que engendran la idea de un sueño hipnótico (2). La división de ese sueño en períodos, ordinariamente en tres, tiene todo lo más algún valor práctico, puesto que el paso de uno a otro carece de límites bien determinados. Pero las dificultades que rodean el conocimiento del estado aumentan de todos modos con los grados de sueño hipnótico, pues el recuerdo que queda en los grados inferiores no existe en los superiores. La eficacia de las sugestiones se acentúa a un mismo tiempo directa e indirectamente; directamente puesto qué la sugestión puede provocar alucinaciones y errores de los sentidos de una intensidad mucho más grande; indirectamente puesto que las sugestiones hechas durante la hipnosis pueden, en el estado de vigilia que sucede al sueño, tener como consecuencia, ya sea inmediatamente, ya sea tras un lapso de tiempo, actos y errores de los sentidos, que respondan a la sugestión hecha durante la hipnosis (3).

Los grados inferiores de la hipnosis ofrecen una gran analogía con el estado de somnolencia que se observa a veces en el estado de transición entre la vigilia y el sueño normal, inmediatamente que el individuo se despierta de un modo completo de un sueño profundo, sobre todo. Sin embargo ese estado, particularmente cuando no evoluciona hacia los grados superiores, dura mucho más tiempo que esos períodos de transición normal; además, el paso al sueño real sólo tiene lugar en raras ocasiones. Este estado, por otra parte, tiene un carácter distintivo en correlación con las circunstancias que condicionan la hipnosis: el hipnótico está incomparablemente más sometido a la influencia de la persona que, con palabras o actos, ha sugerido el estado aparente de sueño, que a la de otras personas. El hipnotizador puede, con sus órdenes, provocar o impedir los movimientos o mantener los miembros en posiciones anormales; puede engendrar una insensibilidad parcial o total de la epidermis; las más de las veces, en fin, consigue despertar, con una simple orden, a la persona dormida.

En los grados superiores de la hipnosis, en el llamado "sonambulismo provocado" de los autores franceses, se presentan primeramente tres grupos de fenómenos: "la obediencia automática a las órdenes, las alucinaciones sugeridas, la insensibilidad de la epidermis a las impresiones, dolorosas en otras circunstancias, de los pinchazos de alfiler, insensibilidad existente ya consigo o por sí, o provocada por la sugestión, y a lo cual se ligan las alucinaciones de la vista, llamadas negativas". Estas consisten, para el hipnótico, en esa imposibilidad, que sucede a la sugestión, de ver los objetos presentes. Hay que añadir los efectos posthipnóticos, propios sobre todo del período de sonambulismo, como ciertos efectos fisiológicos producidos por la intervención de los nervios vasomotores y secretores. Estos diferentes fenómenos están todavía en correlación, en el sentido que la obediencia automática a las órdenes entra en los grados inferiores del sonambulismo, y las alucinaciones más intensas en los grados superiores.

En estos dos grupos de manifestaciones que tienen una importancia particular desde el punto de vista psicológico, la llamada "obediencia automática a las órdenes" de Heindenhain consiste en la ejecución de órdenes dadas y en la imitación de movimientos ejecutados. Se ordena, por ejemplo, al hipnótico que se arrodille, éste lo hace. Se le dice en seguida que se halla en la imposibilidad de levantarse espontáneamente; en realidad, hace algunos esfuerzos infructuosos. O bien se le enseña el puño y él hace lo mismo. Se inclina la cabeza, se abre la boca, y él imita todos esos movimientos. Si la orden verbal se une al movimiento descrito, va siguiendo punto por punto al hipnotizador imitándole en todas sus evoluciones y en todos sus gestos, como ya lo había demostrado el magnetizador Hansen en sus representaciones.

La sugestión de ilusiones y de alucinaciones constituye el síntoma más sorprendente del estado de sonambulismo. Las ilusiones ya se verifican en los grados inferiores. Entre éstas se hace entrar las-ilusiones de comer y beber de Hansen, provocadas con igual buen éxito por Heindenhain, Weinhold, etcétera. El hipnótico come una cebolla por una pera, bebe agua por champagne, y al cabo de. un instante cree que es tinta. Sus gestos revelan al mismo tiempo la sensación que produce en su gusto la representación sugerida. En un grado superior de la hipnosis se unen a la ilusión, alucinaciones características de la vista. El sonámbulo se retira con todas las señales del miedo, cuando se le sugiere que un perro rabioso va a su encuentro. Aspira el perfume de una flor imaginaria, cuando se le dice que la tiene en la mano. Lo que prueba la intensidad de estas visiones es que dan lugar, en ocasiones, a imágenes complementarias de ellas. Se sugiere, por ejemplo, al hipnótico que en la pared blanca que tiene enfrente hay una cruz roja, y responde que la ve. Si se le ordena entonces que mire hacia el suelo, declara que ve allí la imagen de la cruz pintada en verde. Conforme a este hecho las alucinaciones provocadas por la sugestión y localizadas en un lugar determinado del espacio, parecen someterse a las leyes de la proyección externa que rigen las imágenes nacidas de impresiones visuales. Cuando por la fijeza de la mirada sobre una cruz roja, se hace brotar su copia binocular pintada de verde, se puede, como ya es sabido, dividir esta imagen en imágenes dobles, ya sea por el estrabismo, ya por la interposición de un prisma refractor entre uno de los dos ojos y la imagen, suponiendo desde luego que el ojo siga en el espacio el movimiento de los objetos. Una división semejante puede ser ocasionada por los mismos medios cuando se trata de las alucinaciones de la vista en el hipnótico.

Mas así como la sugestión puede dar origen a sensaciones a las cuales no corresponda una impresión de los sentidos, del mismo modo puede disminuir o suprimir completamente la sensibilidad a las impresiones reales. La hipnosis parece ir siempre acompañada de un cierto grado de insensibilidad epidérmica. Los pinchazos de alfiler no tan sólo no son notados como simples contactos, pues, si no que ni siquiera se notan en absoluto. Este hecho está fuertemente corroborado por la idea netamente sugerida de que no hay sensacion. Es claro que a la insensibilidad provocada por la sugestión se unen estrechamente las llamadas alucinaciones negativas del sentido de la vision. Consisten éstas en que habiendo un objeto exterior, realmente presente y mirado por el hipnotico, declara éste, por ejemplo, no ver personas u objetos en la habitación, cuando se le dice que no estan. Estas lagunas introducidas arbitrariamente se presentan de un modo absolutamente característico, cuando influyen sobre los actos del hipnótico, Que se le sugiera, por ejemplo, que la puerta de salida situada enfrente de él no existe, y que en seguida se le ordene que salga de la habitación, inmediatamente pasará a tientas por delante de la puerta para buscar la salida por otra mas alejada. Estos fenómenos hacen suponer, naturalmente, que existen de una manera simultánea alucinaciones positivas que llenan, en el campo visual, el lugar de los objetos no vistos, conformemente a los que les rodean.

Al lado de los fenómenos principales de la hipnosis, que acabamos de indicar, las autosugestiones y los efectos posthipnóticos tienen igualmente su interés psicológico. No es sorprendente que una persona que ha sido puesta en estado de sonambulismo por una acción extraña o que ha llegado a su conocimiento sólo por la observación de otros individuos, pueda, en ciertas circunstancias, ponerse en ese estado sin necesidad de una influencia extraña. Pero es más raro que con frecuencia una semejante autosugestión se verifique espontáneamente, ya sea por efecto de la imitación, ya porque una orden dada durante el sueño hipnótico anterior conserve su eficacia, en cuyo caso la autosugestión puede conducirse todavía indirectamente a una sugestión extraña, permaneciendo siempre en estrecha conexión con los efectos posthipnóticos.

Según su carácter general, los efectos posthipnóticos aparecen absolutamente como la continuación parcial o la renovación parcial, de los efectos hipnóticos. Si la posthipnosis es considerada como una hipnosis parcial, en cierto modo se está advertido de que puede aproximarse más o menos a la vigilia completa. Colocándose en este punto de vista se podría resolver la cuestión controvertida del retorno o de la ausencia del estado hipnótico en los actos o en las alucinaciones sugeridas que siguen a la hipnosis. Si, en efecto, no son más que fenómenos parciales de la hipnosis, la controversia no proviene más que de la distinción del estado hipnótico y el estado de vigilia, como el del sueño y el de la vigilia, sólo depende de la importancia de los caracteres que inclinan la balanza en un sentido o en otro. Consideramos como dormido al individuo que en su estado de sueño consciente oye la pregunta que le hacemos y contesta, comportándose respecto a esto como un hombre despierto. De aquí que el estado hipnótico, si lo consideramos simplemente en relación con el estado de conciencia, viene a ser, en todos sus grados, un término medio entre el sueño y la vigilia. Así, cuando se trata de un estado semejante, decimos que la hipnosis es tanto más profunda cuanto mayor es el número de los fenómenos que se apartan del estado de vigilia. Cuando finalmente sólo queda un síntoma ya no suponemos que se trate de hipnosis, sino que por el contrario consíderamos ese estado como de vigilia consciente que se distingue todavía de la vigilia normal en un punto determinado. Claro es que del mismo modo, o quizás con mayor derecho, se podría designar con el nombre de hipnosis parcial. Cuando, por ejemplo, después de despertar de la hipnosis, coloca cualquiera una silla sobre la mesa próxima, obedeciendo a una sugestión anterior, se considera de ordinario este hecho como un acto absurdo realizado en estado de vigilia consciente. Cierto es que se hablaría con mayor exactitud diciendo: "Nos hallamos aquí en presencia de un acto que es del dominio del automatismo provocado por la sugestión, y es la consecuencia del mantenimiento parcial de la hipnosis." Cuando una persona, después de despertar y a consecuencia de una nueva sugestión, se imagina tener en la mano una violeta que no existe en realidad, se considera el hecho como una alucinación sobrevenida en el estado de vigilia. También en este caso sería más exacto decir que, mientras todas las otras manifestaciones de la hipnosis no existen, hay un síntoma que indica una sugestibilidad de alucinaciones y por consiguiente un estado parcial de hipnosis. Con arreglo a esta interpretación de los hechos, ciertos efectos posthipnóticos consistentes en actos y representaciones mejor ligadas, se realizan, si nos atenemos a la observación, con los síntomas de un retorno total, o poco menos, de la hipnosis, mientras que otros de estos efectos parecen poderse realizar en el estado de vigilia. Y precisamente, la hipnosis parcial se transforma en hipnosis total pasando por todos los grados intermediarios.

Un caso notable de efecto posthipnótico es, por otra parte, el de la sugestión a término, de la sugestión a plazo de la escuela de Nancy. Durante el sueño, se sugiere a un hipnótico que realice en una época dada o en una circunstancia especial, un acto netamente determinado, o que tenga una alucinación indicada de antemano. Se dice, por ejemplo, a un sonámbulo: "Mañana por la mañana, a las siete en punto, vendrá usted a mi cuarto y me ofrecerá un vaso de agua"; o bien: "Dentro de un mes, el 6 de junio, vendrá usted a visitarme; verá usted mi cara negra y se burlará usted de mí". Las dos sugestiones se realizaron, no obstante haberse desvanecido el recuerdo de la sugestión. En ciertos casos, sugestiones a plazos complejos fueron coronadas por el buen éxito (4); citaré las siguientes: "El décimo sexto martes que seguirá al día de hoy", o bien: "Dentro de treinta y seis días vendrá usted a verme y me dirigirá palabras injuriosas". No obstante, estas sugestiones a largo plazo parecen no dar resultado más que en los individuos muy impresionables. El caso más sencillo en ese género y que pueda en una cierta medida dar la clave de los otros, es el del retorno de una nueva hipnosis en una época bien determinada. Se dice por ejemplo al hipnótico: "Mañana a esta hora volverás a dormirte" y el sueño sobreviene, con efecto, aunque en el interregno del uno al otro el individuo no se haya acordado de la sugestión.

Sólo someramente nos ocuparemos de los efectos fisiológicos de la hipnosis y de la sugestión, teniendo en cuenta que no se relacionan directamente con el fin que nos hemos propuesto (5). La pupila se ensancha, el globo del ojo sale de su órbita, y de conformidad con este fenómeno, las pupilas, cerradas en un principio, se abren en el momento en que se manifiesta el estado de sonambulismo. El número de las pulsaciones y de los movimientos respiratorios aumenta; no es raro que haya secreción de sudor. Todos estos fenómenos son el indicio de una violenta excitación del sistema nervioso simpático y vasomotor y constituyen al mismo tiempo los puntos característicos que distinguen la hipnosis del sueño natural, durante el que, por el contrario, se observa una contracción de la pupila y un debilitamiento del pulso y de la respiración. En ese estado de excitación de los nervios vasomotores y secretores, que se encuentra ya en sí y por sí en la hipnosis, corresponde también con frecuencia, en el estado de sonambulismo, una irritabilidad mayor de esos mismos nervios, debida a la sugestión. Se ha observado frecuentemente que de este modo, la digestión y la menstruación podían ser estimuladas; que esta última, cuando las pérdidas eran grandes, podía ser aminorada y regulada. Se llega hasta hacer aparecer ampollas con la simple aplicación de un papel engomado o cualquier otro objeto, por poco que se le haya sugerido al paciente la idea de que, por ejemplo, el papel aplicado es un vejigatorio (6). También ha sido posible en ciertas circunstancias, provocar hemorragias por la nariz y cutáneas, los llamados estigmas, particularmente en los casos en que primeramente se había operado una compresión sobre la parte elegida de la epidermis.

Cualquiera que sea la importancia de esos efectos puramente fisiológicos, con relación al valor médico de la hipnosis, no presentan más interés, desde el punto de vista de la observación psicológica que en los límites en que se distinguen de otros estados vecinos, principalmente del sueño, y en que entran en cuenta, cuando se trata de apreciar las diferentes hipótesis emitidas para el esclarecimiento de los fenómenos.



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Title: Book Title : HIPNOTISMO Y SUGESTION - W.WUNDT

Este livre es parte de un projecto scientifico de descubrimiento de l'hipnotismo.

Nosotros somos tambien los diffusores del "Mesmerismus®", una disciplina que tiene un doble fin:  el primero es el de desarrollar una de las cualidades  más importantes y deseables que existen en el mundo: el " magnetismo personal.
El segundo es permitir un verdadero crecimiento interior, mediante un camino que  lleva a descubrir vida y energía al interior de nosotros mismos.
Se trata de ejercicios que constituyen un vestigio de una ciencia milenaria y convalidados por nuestra experiencia.

Nuestra escuela  ha llevado a cabo investigaciones extensas y profundas sobre el tema.
Se trata de técnicas muy simples pero de increible poder.
Abundan muchas obras sobre el magnetismo personal, pero ninguna de estas captura la esencia del  fenomeno: cada una  describe una parte.

Breve mirada a la historia del  magnetismo y del  Mesmerismus®

En la misma historia de la humanidad es evidente que existe una fuerza que se puede manifestar y a través de la cual el hombre puede desarrollar un poder.
El concepto de encanto que se manifiesta a través de la mirada es con certeza el origen del mito de la Medusa de los antiguos griegos, el ser mitológico en capacidad de petrificar a quien  lo observaba.

También en esas epocas lejanas, el historiador  Plinio, en el  7° libro Naturalis Historiae relata como en el África, en Escitia y en  en Iliria existían familias que seducían los ojos de quienes las miraban, lo que en aquellos tiempos se pensaba que se debía  a una naturaleza maligna o a cualquier otra causa más oculta.

También los romanos cuentan sobre fenomenos magnéticos: no atribuidos a otra cosa que al  poder del magnetismo, que ejerce un individuo sobre otro, debemos mencionar el caso de  la así llamada leyenda de Cimbro, que, enviado a matar a  Mario en la prisión,  quedó paralizado ante la mirada y la voz del romano.

Dichos fenomenos también se mencionan a lo largo de todo el   medievo europeo y son el origen de los relatos fantásticos de encantamientos y magos.

Olao Magno, Del Rio, Leonardo, Vairo, Tommaso Garzoni da Bagnocavallo, G.B. della Porta, Pietro Garsi, y muchos más, que vivieron entre los siglos XVI y  XVII, hablan todos de sucesos que pueden estar facimente relacionados con la influencia magnética.

También muchas escuelas secretas y esotéricas existentes en la actualidad engloban en su interior conceptos de origen magnético.

También en el Yoga, en el Zen estan  presentes los conceptos magnéticos. Se trata, en efecto, de una escuela milenaria que por muchos aspectos sus enseñanzas han sido mantenidas en secreto y transmitidas oralmente a los iniciados.

Para un acercamiento de occidente a parte de esta y para que sea comprendida  facilmente por la mentalidad  moderna es necesario esperar hasta 1800.

En 1800 una parte de la antigua teoría magnética se enfrenta con el espíritu científico despues de que Franz Anton Mesmer, en el siglo precedente, había divulgado una parte de esta doctrina, de la que el aprendió sus principios prácticos al frecuentar algunos religiosos y varios círculos esotéricos.  

Por consiguiente existen varios estudios sobre el concepto del  magnetismo, la mayor parte en francés, publicados a comienzos del siglo (recomendamos el de  H. Durville del que nuestra escuela puede suministrar una copia electrónica digitalizada).
Posteriormente, la implantación de  la psicología tradicional ha conducido a la comunidad científica en otras direcciones.

Incluso con frecuencia se considera a los magnetizadores como como los precursores que ocasionaron  fenomenos  sin recibir una atención seria; para muchos solo la  psicología clínica del siglo XX fue la que planteó una propuesta crítica, interpretativa y seria de los  fenomenos producidos por estos.

Esta idea difusa no tiene bases sobre las que regirse, porque el magnetismo es  al contrario una tradición muy antigua que perdura desde el inicio de los tiempos. .
Algunos magnetizadores de todas formas, incluso sin haber  tenido éxito en algunas ocasiones, e incluso en la tradición secreta más profunda,  han  analizado  con espíritu científico lo que obtenían.  
Como testimonio de eso existe un amplio número de textos críticos y de explicación de los acontecimientos que  producían y observaban , aunque esta toma de conciencia se expresa mediante  un lenguaje específico.

El profesor Meheust (investigador del Centro Nacional de la Investigación Científica-CNRS), un historiador que ha analizado atentamente el fenomeno dice expresamente “Historicamente  la corriente magnetista era no solo un espacio de descubrimiento, era también un espacio de debate: un lugar donde se reflexionaba, al contacto con estos hechos, sobre los puntos de vista alternativos respecto a la naturaleza de la objetividad, los métodos de objetivación de los que podían ser objeto los fenomenos magnéticos, los juegos de poder al interior de la ciencia, el movimiento de las ideas.

El mundo del magnetismo disponía de muchas revistas donde los investigadores confrontaban y exponían sus puntos de vista; y sobretodo es sobre estas revistas que se han desarrollado las discusiones sobre la naturaleza del sonambulismo y es aquí donde se han desarrollado las críticas e ideas no expuestas en los libros.

Cuando los historiadores examinan el magnetismo bajo el  ángulo retrospectivo del psicoanálisis, de la psiquiatría o de las neurociencias toda esta riqueza se elimina.

La aceptación del concepto de magnetismo personal en sí, y sin observarlo a través de la lente de otras disciplinas constituye un profundo enriquecimiento.

En la actualidad solo pocas personas conocen a fondo  esta disciplina más simple, entre otras cosas,  en la práctica que muchas otras creadas sucesivamente y que incluso incorporan unas partes.

Sin embargo las ventajas son tantas: en la vida, en las relaciones, en la terapia, ya que una mayor eficiencia personal es la clave misma del éxito

El profesor Rolland, cuyo padre había escrito entre otras cosas una un pequeño libro al respecto, de la que se han incluido algunos trozos en este libro, nos ha ayudado a entender que era en realidad esta materia.

Además de basarnos en el método transmitido por Rolland, compuesto por  una serie de ejercicios incluso más amplios que los indicados en esta libro, hemos consultado libros tanto  antiguos como modernos y buscado por todas partes personas que se considerasen expertas en la materia , para  comparar y tratar de comprender lo que realmente hay detras de esas palabras.

Si quieres mas informaciones, contacta-nos aqui:

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This book is part of a cultural project about hypnosis and hypnotherapy.

Our school, directed by dr. Paret, proposes all methods of hypnosis and of hypnotherapy.
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They awake man to himself: there, in himself, he can find maximum power.

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